martes, 20 de diciembre de 2011

EL COMIENZO.

Se miró en el espejo; algo  había comenzado, como una semilla mal plantada poco a poco empezaba a germinar en su interior una idea: ella era hermosa y eso era algo que ni el tiempo podría quitarle. Apartó el cabello de su frente y dedicó unos minutos más a observarse con detenimiento; le sorprendía cómo con una simple frase Miranda había conseguido transformarla, convertir su grisácea imagen en un cuerpo lleno de vida y luminosidad. Le sonrió al espejo, no podía evitar esa sonrisa, ni el escalofrío en su piel cada vez que recordaba la noche anterior; los ojos fijos de Miranda que tantas veces la habían visto con afecto antes y el tono de su voz al decirle lo que ahora no podía olvidar. Le parecía increíble  lo que una simple frase había desatado y todo lo que un  tenue batir de pestañas empezaba a provocar en su vida; no podía despertar del sueño en el que ella y Miranda habían hablado al fin con la verdad...

viernes, 16 de diciembre de 2011

Me gusta este diciembre...

Me gusta este diciembre, porque representa el cierre de uno de los años más inesperados de toda mi vida; por que es el perfecto final de un 2011 en el que no pude estar más cansada, más llena de pendientes y más preocupada; porque llegan a su termino los doce meses más intensos de toda mi vida.

Me gusta este diciembre, no hay duda, me gusta estar viva y llena de cosas por hacer; me gusta tener a los maravillosos amigos que tengo; me gusta haber encontrado más personas a quienes amar; me encanta estar rodeada de personas que verdaderamente valen la pena, y sobretodo me encanta llegar a mi cuarta navidad con el Bicho más hermoso del mundo.

Como saben, no creo mucho en esto de la navidad pero aprecio mucho que en esta época tratamos de ser un poco mejores y de valorar todo lo que tenemos. Diciembre es para celebrar, para celebrar la vida, el amor y la amistad, y yo, no dejaré de celebrar...

martes, 13 de diciembre de 2011

JAMÁS Y SIEMPRE.



A veces, somos tan felices con lo que tenemos, con lo que hemos conseguido, con lo que hemos mantenido vivo, fuerte y hermoso a través de los años, que terminamos creyendo que nuestra experiencia podría servirle de algo a los demás, a los que no ha querido correr el riesgo; a los que prefieren callar muchas cosas con el fin de evitar quedarse sin lo poco que tienen. Últimamente me pasa mucho eso, bueno, debo confesar que siempre, aún incluso antes de conocer lo que es la vida, he tenido esa poca tolerancia ante aquellas cosas que no ocurren por el temor de que algo extremadamente malo pase; esta, gracias al cielo, es una de las muchas razones por las que siempre he detestado las telenovelas: jamás entendí por qué los protagonistas inventaban pretextos ridículos para no estar juntos; desde pequeña siempre me dije: “se aman, eso debería bastar para intentar estar juntos”; creo que eso siempre me pareció inconcebible, terrible y absurdo; con el paso de los años me di cuenta de que ese tipo de cosas ocurren en la vida real; de que hay personas que han encontrado a ‘esa persona’ que realmente los hará felices, pero que jamás darán un paso para conseguir esa felicidad por miedo a perder una mirada, una sonrisa, una amistad, el afecto o la presencia de ese ser.

 ‘A veces es mejor quedarse con lo que se tiene que arriesgarse a perderlo todo’, dicen algunos, y no estoy dispuesta a creerlo; no es que yo sea una persona de grandes riesgos; sin embargo, he sabido apretar los dientes, tragarme el miedo y dar el siguiente paso: me fue mal… y me fue bien, y sobre todo, aprendí muchas cosas, continúe con mi vida y un día, al fin, tuve éxito, y ese éxito sigue a mi lado.

Supongo que algunos tienen más cosas que perder que otros, que el miedo es demasiado; que no están listos; que la situación no es tan fácil; creo que lo que intento decir es que las decisiones deben ser tomadas cuando todavía es tiempo de tomarlas; jamás he creído en la impulsividad, pero a veces, sólo a veces, es bueno plantearnos la posibilidad de romper con todo y elegir ser felices, de cerrar los ojos, apretar los dientes y decidir dejar de ser parte de esa historia de ‘JAMÁS pasará nada, pero SIEMPRE existirá la posibilidad’.

lunes, 12 de diciembre de 2011

NO ES AMOR


No hablemos de amor.
-No.
-Esto no es amor.
-No.
-No es amor.
-No – trago-, no.






Es que sos tan ágil mi amor, en tu cuerpo; soy tan elástica, soy tan precisa mi amor, cuando te toco, tan acuática sobre vos; soy tan bella y tan perfumada que me amás, mi amor: contra tu voluntad y contra tu odio, cuando te toco estás enamorada.
Pero acabamos.
Y me vuelvo calabaza.








El amor –no se lo digo- es religioso. Sacralización de los momentos. El teléfono desde donde te llamé. El café en el que me dijiste que sí, bueno, que vos también de alguna manera era evidente que me querías. La esquina que nos tuvo a los gritos una hora. El amor detiene, registra, hace un templo de los detalles y es en la obsesión por las banalidades donde lo reconocemos. Pero no se lo digo porque el sacerdocio es cosa de uno. María no ha oído el llamado.



Haber causado el vuelco. Haber abierto alguna vez la boca otro poquito. Haber generado el deseo. Ese deseo. Haber sido mordida por sus dientes. Haber gemido incluso. Haber provocado furia y cambio. Ser el hito. Haber permitido sus manos. Haberme mojado, haberla enchastrado. Haber enamorado a una mujer. Demasiado para mí.



El más grande odio.
Como me odio el amor, me odio el odio.




(No es amorPatricia Kolesnicov, Edit. Punto de lectura)

miércoles, 30 de noviembre de 2011

November is all I know, and all I ever wanna know.

Noviembre está por irse, el mejor mes del año, mi mes... y yo no puedo dejar de agradecer otro noviembre más a tu lado. Creo, sin duda que tú eres mi noviembre y el más hermoso abril que jamás soñé; que eres mi 11 y mi 10; mi sombra y mi luz...



"Robamos la luna, la escondimos en el tiempo que detuvimos en el beso; en el escaparate que construimos para no dejar huérfano al día. Cumplimos con el ritual de las miradas, te entregué mi sangre, me diste tus alas". 





lunes, 17 de octubre de 2011

Blanco.

Quisiera toparme con esa pared en blanco, donde no existen las prisas; ni los pendientes de último momento; ni las caras tristes de los otros; donde el tiempo sobre y nada importe; donde lo que los demás opinen no salga de sus labios. Esa pared en blanco donde no existen aquellos que nos atemorizan; donde las frases no tengan peso, ni los segundos, ni los sueños, ni ese error que no cometiste pero al que aún le temes; quisiera estar dentro de esa pared, ser ese blanco, ese pulcro pedazo de papel que lo contiene todo, aún y cuando las palabras no hayan sido escritas en ella todavía...

miércoles, 5 de octubre de 2011

Lo que nos hace fuertes.

Pienso en cómo pasamos la vida entera cuidando a los que amamos para que nada los dañe; protegiéndolos en todo momento y soñando con construir murallas enormes que ningún enemigo pueda franquear; supongo que este instinto de protección esta presente en muchas especies. 

Imagino a las madres protegiendo a sus crías para asegurar la supervivencia de la mayoría de ellos, o al menos de los que demuestren ser más fuertes; sin embargo, creo que la mayoría de esas madres  muy pronto abandonan a su progenie para que estos aprendan a defenderse solos, a subsistir en ese mundo en el que cualquier signo de debilidad puede significar la muerte; eso al menos pasa entre los animales; porque en el género humano podemos ver a madres cuidando a sus cachorros de 30 años; a padres evitando que sus hijos adolescentes paguen las consecuencias de sus actos; a amigos haciendo malabares para proteger al más débil de ellos; a parejas dispuestas a ocultar su descontento por las acciones del otro con tal de no herir sus sentimientos; en conclusión, creo que nosotros los humanos jamás entendemos que en los errores, en el dolor y en los fracasos, está el verdadero aprendizaje; luchamos por evitarles lágrimas a nuestro seres amados; por evitar que conozcan el rechazo y el dolor de la derrota, y al tratar de evitarles todo eso, en realidad estamos negándoles el derecho de crecer y aprender.

Con el paso de los años he llegado a darme cuenta de que en realidad le damos demasiada importancia al hecho de 'sentirnos mal', al hecho de sufrir, he pasado por momentos muy difíciles; por situaciones que por una u otra razón han resultado demasiado dolorosas y alcanzo a comprender que  si no hubiese pasado por todas esas cosas no sería como soy ahora, seguiría siendo un cachorro frágil al que no le enseñaron que la verdadera lucha por vivir se libra día con día, conviviendo con todas las cosas buenas y malas que existen en el mundo. Sí, el dolor inhabilita, nos impide ver más allá de nuestras propias lágrimas, pero a final de cuentas, el dolor tiene la capacidad de ayudarnos a entender que no somos tan frágiles como nos dijeron que eramos; que podemos ser felices si lo deseamos; que aunque la vida sea difícil poseemos la fortaleza para sobrellevarla y sobretodo que no hay ningún dolor que no pueda ser superado si nosotros deseamos superarlo.

Pienso en cómo queremos proteger a las pocas personas nobles que quedan sobre esta tierra; pero ellos también necesitan conocer el mundo, conocer la vida tal y cómo es, y el mejor favor que podemos hacerles, es dejar que ellos solos luchen por su propia vida; eso, es lo que nos hace fuertes...

jueves, 1 de septiembre de 2011

El retrato de Dorian Gray, ella y la lluvia.

Antier que tuve ganas de leer a Oscar Wilde, de leer "El retrato de Dorian Grey", para ser más precisos, al dar un vistazo rápido a mi librero sentí un estremecimiento al no ver el libro por ningún lado, después de unos minutos lo encontré, pero no quise tocarlo, no quise abrir cosas ya cerradas, al menos no esa mañana; observé por un par de minutos la edición barata y maltratada, manchada por los estragos que un vaso de agua dejó en ella y recordé el momento en el que lo compré hace ocho años, por un precio que hoy no alcanzaría ni para una revista amarillista, y todo lo que viví con ese libro en la mano. 
Es extraña la manera en que justo en agosto sintiera la necesidad de volver a leerlo, digo extraño porque fue en agosto de hace ocho años cuando lo leí por primera vez; el mismo agosto en que murió mi abuela paterna; un 13 de agosto del 2003. Es extraño también que en casa nadie haya mencionado la fecha, ni que nadie la haya recordado hasta una semana después, es extraño porque jamás nos olvidamos de ella, de mi abuela, la mujer de la que tuve que separarme temporalmente un agosto del 1996, para irme a estudiar a otra parte, una mujer a la que sólo volví a ver los fines de semana y las vacaciones los restantes siete años de su vida. A pesar de esa separación jamás olvido que mi infancia estuvo marcada por ella y por todas las tardes que pasamos juntas; no es raro escucharme decir que sí soy reservada emocionalmente es quizá porque me parezco a ella: "Jamás nos dijimos te quiero, pero nuestro amor es algo que no está en duda", suelo decir; y es cierto, mi abuela no fue una persona afectuosa, pero jamás me hizo falta ninguna demostración de afecto de su parte; creo que para mí siempre fueron suficientes las tardes de verano comiendo galletas maravillas o pan crema con una coca cola de medio litro puesta a enfriar en la pileta (no existía luz eléctrica en el lugar en el que crecí) o las tardes de invierno tomando café de olla con más y más galletas; o los fines de semana, años después, en los que le ayudaba a hacer 'chongos' (hielitos, gelatinas) de agua de sabor o de chocolate o palomitas para vender en la tiendita en la que también pasé muchas tardes de mi infancia o los inviernos que pasamos las tardes durmiendo juntas o frente a la chimenea para mitigar el frío que a ambas siempre nos paralizó; en fin, podría pasarme la tarde entera hablando de todo lo que significó mi abuela para mí, pero creo que jamás terminaría; que jamás podría dejar de hablar de ella; así como jamás dejo de pensarla.
Antier no quise abrir "El retrato de Dorian Gray", al menos no esa edición que un 11 de agosto de 2003 se empapó con el vaso de agua que era de ella, agua que no podía beber ya; al menos no esa edición que terminé de leer un 14 de agosto de 2003, mientras llovía a raudales, cuando regresé del panteón.
Ese agosto de hace ocho años la lluvia se llevó muchas cosas, empezó un 11 de agosto en el que llegué a la Central de autobuses desde la universidad y en el que no me puse ropa seca hasta 3 horas después que llegué a mi rancho. Ese día no lo sabía, pero los días de agosto, especialmente los de lluvia, me faltaría algo, alguien; lo que tampoco sabía era que ese alguien con el paso de los años se iría aferrando más y más a mi corazón y que la lluvia, agosto y Dorian Gray más que tristeza me traerían la certeza de que hay recuerdos imborrables.

miércoles, 24 de agosto de 2011

La vida... no es tan mala.

En definitiva, no lo es, no es mala; por más que muchos, incluida yo, hayamos renegado de ella, la vida en realidad es lo que más valor tiene, es oportunidad y esperanza; posibilidad y lucha; y sobretodo es el contenedor que encierra todo lo bueno que podemos crear y compartir.
No puedo negar que la vida también está llena de dolor, violencia e injusticias, de personas malas y de tristeza; sin embargo, he tenido la oportunidad de conocer gente que me ha hecho pensar que todo lo malo en realidad es remediable; que cada acto negativo tiene su contraparte llena de bondad y que un día conseguiremos romper ese equilibrio y hacer que la balanza se inclina hacia los actos positivos.

Existe el amor, la amistad, la lealtad, la sinceridad, la belleza, la honestidad, los abrazos, la piel, la familia, las sonrisas y yo sólo digo: la vida, en definitiva, es buena.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Eres eso.

Eres eso que de repente, de pronto, de la nada, cambió. Eso que se convirtió en lo que siempre quiso ser, que en un batir párpados supo que ya no habría más lágrimas. Eso que dejó de buscar en la oscuridad para brotar bajo el luminoso sol; eso que dijo 'no más' y continuó creyendo; eres eso que fue silencio y ahora es alma; eres eso: lo mejor que me ha pasado; eres eso, el espejo no me miente, eres... yo.

martes, 19 de julio de 2011

NATURALEZA HUMANA

Sí, "naturaleza humana", esa frase que uso cada vez que alguien muestra sorpresa por alguna actitud inesperada por parte de otra persona. "A mí no me sorprende: naturaleza humana", suelo decir con un tono un poco sarcástico; pero he de confesar que jamás me he puesto a pensar qué es lo que hace que muchas veces vayamos directo a cometer acciones que desde un principio sabíamos que traerían problemas.

Hace un rato, en una conversación no entendí por qué aunque muchos de los juegos mecánicos en las ferias nos producen miedo, siempre o casi siempre, estaremos dispuestos a subirnos a ellos. ¿Qué hace que el ser humano corra riesgos innecesarios, qué hace que disfrutemos tanto el peligro o el vértigo del error que pronto ha de ocurrir?

Quizá algún residuo de selección natural queda en nuestros genes: estar atentos al peligro, aunque el peligro tengamos que crearlo nosotros mismos; tal vez la dopamina al ser tan  importante para la motivación de buscar recompensas, se convierta en nuestra adicción y nuestro cerebro se sienta todo un adolescente si de correr riesgos se trata. El punto es que allá vamos, buscamos acercarnos al problema, ignoramos las señales de alerta de nuestros amigos y pensamos que tendremos todo bajo control, "naturaleza humana", o quizá, sólo quizá, una leve señal del Tanatos1 que todos llevamos dentro.



1 Aunque no está claro que Freud utilizase este término en sus escritos, habitualmente la literatura psicológica lo utiliza para designar lo que Freud llamó en "Más allá del placer" el principio de nirvana, o instinto de muerte. Por el instinto de muerte encontramos en el sujeto un apetito hacia el estado de tranquilidad total, hacia el cese de la estimulación y de la actividad, un afán por regresar al estado inorgánico inicial. Este instinto es irreductible a otros instintos positivos, formando junto con el instinto de vida o Eros las disposiciones básicas de todo ser vivo, y por supuesto también el hombre. El masoquismo, el sadismo y todo afán por la destrucción es expresión patológica del instinto de muerte

jueves, 14 de julio de 2011

INSTANTÁNEA.

INSTANTÁNEA.

La esquina del día, el vestido roto de esta tarde en la que simplemente espero. Los pájaros conversan, la brevedad de este instante me acompaña. Se borra el espejo sol, no queda más que sopor en este pavimento.

miércoles, 13 de julio de 2011

ROSTRO QUE SUEÑA.

ROSTRO QUE SUEÑA.


Tocar un cuerpo que duerme,
darle forma de sueño en la noche que se abre,
acariciar su presencia subterránea,
el aletear de búhos en sus dedos.

Tocar una cintura palpitante,
ceñir su talle para adentrarse en una trampa,
resbalar
                resbalar
                                resbalar
                                               entre unos muslos,
                            sentir el aroma fresco de sus cuencos.

Tocar un cuerpo que duerme es trepar los muros de la noche,
un salto inmenso al corredor de la memoria.

Un rostro que sueña,
un brazo que duerme,
un corazón cerrado a la vigilia

miércoles, 29 de junio de 2011

LLUVIA

Los escucho quejarse de la lluvia y su tristeza,
yo pienso en mi padre escampando su trabajo en el campo,
oigo sus quejas contra el agua cantarina, 
sonrío (mi corazón sonríe) :
los brazos de mi padre ya no serán heridos por el sol.

jueves, 16 de junio de 2011

"LA FELICIDAD"

Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula
no existe
Mario Benedetti. 


Me he puesto a pensar sobre qué es la felicidad, más bien, me he dado cuenta esta tarde al enviar sin razón aparente un mensaje de texto que decía: "Soy verdaderamente una persona feliz", que la felicidad para muchas personas está basada en la ausencia de cosas, personas o situaciones malas; pues bien, creo que están en un error, creo que la felicidad es la capacidad de percibir todas aquellas cosas buenas que nos pasan, de valorarlas y de concentrar nuestra atención en el placer que nos provocan. La felicidad radica en nuestra disposición por disfrutar el mundo y todo aquello que nos rodea, no en nuestra capacidad de erradicar las cosas malas o huir de ellas. A veces, ¿por qué no decirlo?, pienso en las deudas, en los problemas que traerá el futuro, en lo que no tengo, en lo que no debería de tener, en el exceso de trabajo, en los obstáculos; pero pensar en ello no me hace menos feliz; a pesar de todo me considero una persona afortunada, porque hago lo que quiero y estoy con quien quiero y porque soy conciente de que soy feliz, porque quiero serlo; así nada más, tan simple como ese par de palabras.

miércoles, 15 de junio de 2011

DESASTRE.



Estoy aquí, me doy cuenta, formo parte del desorden de tu casa; a veces me escondo bajo los platos que se apilan a un lado de tu cama. Me gusta resbalar en los libros que empiezas y olvidas a la décima página; inauguro torneos en la ropa esparcida en las esquinas, ¡qué increíble juego inauguras al no usar el cesto de la ropa sucia! A veces, debo confesarlo, estornudo al flotar sobre la alfombra, hay más polvo en ella que el que he acumulado en mis relatos. Estoy aquí, ¿te das cuenta?, pero, amor mío, has de perdonarme: ¡no sabes cuánto detesto tropezar con tus zapatos!

viernes, 3 de junio de 2011

VIVIR EN UNA PESADILLA.

Se habla mucho de violencia hoy en día, de la violencia que hay en mi país, en mi estado, en mi ciudad; y de cómo la delincuencia organizada parece ir ganando la batalla contra el gobierno; se habla de muerte, secuestro, robos; pero muy poco se habla del daño psicológico y emocional que todo esto nos está ocasionando. Yo veo estos daños en mi madre que después de haber vivido una mala experiencia hace ya un año, que no relataré aquí, no da datos por teléfono aunque esté hablando conmigo y no ha vuelto a salir de casa cuando ya oscureció; lo veo en una amiga que vive al pendiente de las noticias, que se altera cada que escucha las sirenas de las ambulancias y que ha terminado por odiar salir a la calle; lo veo en ellas y muchas más personas, pero hasta ayer no lo había visto con claridad ni en mí, ni en mi hermano que tiene una personalidad muy parecida a la mía. Ayer le conté que había tenido pesadillas, "soñé con un ente que no podíamos atrapar", le dije. "Yo no te conté que el viernes soñé que yendo en el carro, otro auto se detenía bloqueándome el paso y mataba a tres tipos de una camioneta; al matarlos empezaba a voltear para todos lados y me veía, entonces empezaba a dispararme y yo me bajaba del carro y me tiraba bajo él. Desperté muy asustado, por eso el sábado no quise salir en la noche", me contó. Yo me sorprendí de la última afirmación: ¡un sueño tan real provocó que el cambiara sus planes!

 Después de pensarlo entendí que lo que hace más terrible ese sueño es que en efecto, sabemos que algo así realmente puede pasar hoy en día. Entendí su sueño porque hace un mes, en sueño, me vi correr perseguida por hombres armados que llegaron a la parada del transporte público, decenas de estudiantes y yo corríamos al quedar en medio de la balacera. Escondida en una especie de caseta vi cómo eran acribilladas con un balazo en la frente alguno de esos estudiantes y cómo una de esas balas estuvo a punto de darme. Fui perseguida por camionetas y me vi correr cómo jamás podría hacerlo en la vida real; sentí el miedo desbordándose en mi pecho y vi la realidad de la muerte al llegar a un lugar del que no podía escapar. Al despertar el miedo no se borró de mi cuerpo, y quizá jamás se borre.

 A esto hemos llegado: balas invisibles nos traspasan día con día, al escuchar las noticias, los rumores, los miedos; poco a poco se van alojando en nuestra mente todas esas escenas de horror; lentamente nos vamos convirtiendo en la generación que vio la sangre derramada. Nos han hecho daño a todos, con balas reales, con balas invisibles, todos hemos sido tocados ya; sólo espero que algún día todos podamos despertar de esta pesadilla en la que hemos empezado a vivir desde hace más de un año y que podamos curar nuestras heridas.

MIS PESADILLAS.

Desde niña he tenido "pesadillas" con frecuencia; me atrevo a entrecomillar este tipo de sueños porque por lo regular dichas pesadillas estaban acompañadas de brujas, vampiros, hombres lobo y otros monstruos y estos nunca me provocaron mucho miedo.
Durante la adolescencia -y aún ahora- la pesadilla más recurrente fue 'ver' cómo se me caían los dientes (por aquella época yo sufría mucho por usar braquets y lo peor que me podía pasar era ese que ese sufrimiento se viera frustrado por la pérdida de mi dentadura).
El sueño-pesadilla que más veces he tenido desde la infancia está relacionado con una casa de dos aguas que se usaba como almacén de triques en casa de mis abuelos, en el sueño yo siempre entraba a jugar a esa casa y me encontraba con una anciana, a la que siempre catalogué como una bruja, que me hacía preguntas raras y me incomodaba de manera terrible y a la que yo siempre terminaba derrotando a empujones.
No recuerdo muchas pesadillas que me hayan hecho gritar (grito más cuando necesito que alguien me despierte en medio de una parálisis del sueño) o en las que me haya asustado demasiado, porque por alguna razón, en medio de mis sueños tengo la capacidad de tranquilizarme y decir: "Esto no es real, estás soñando"; sin embargo hace un par de meses tuve dos pesadillas en las que el miedo me acompañó muchos días después de haberlas tenido.
En la primera de ellas, yo había sido condenada a muerte y estaba encerrada en una cárcel de mujeres que en realidad era un campo de concentración, mis amigos iban y me visitaban y me aseguraban que hacían todo lo posible para sacarme de ahí antes de que llegara el momento de la ejecución; inclusive me vi envuelta en un plan para escapar de la prisión, pero el plan fue descubierto y la ejecución se adelantó; lo último que recuerdo de ese sueño es a una amiga corriendo tratando de llegar e impedirla y a mí sentada en una silla esperando la inyección letal... Al despertar, obviamente, estaba llorando, la sensación de tristeza y depresión y el vacío en mi pecho duraron muchos días, eso ha sido lo peor que he soñado en toda mi vida.
La segunda pesadilla... esa merece un post aparte.

miércoles, 13 de abril de 2011

ABRIL

ABRIL
(SESEM SIESYATNIERT)
Era tu nombre y también era abril,
la luz resbalaba en las calles con su desnudez intacta,
a la sombra de tus párpados yo lanzaba mi cuerpo.

Contábamos los días con el polvo que flotaba en la ciudad,
mis pasos seguían la ruta de tus pasos,
no había silencio que no borraran los latidos de tu piel.

A tu  tañido ordené mis actos,
en la estación de la abundancia florecí en los callejones,
me convertí en crisálida.

Era de abril tu nombre,
el mediodía se doraba en tu mirada,
en el incendio de tu sombra se consumió mi espera.

Fuimos abril,
Abril fue nuestro. 


©Perla Guijarro

viernes, 1 de abril de 2011

PRIMAVERA


(SESEM OCNICYATNIERT)


En ti la tierra dejó brotar su hálito de vida,
se desató en tu cuerpo la tempestad de girasoles
la llamarada lenta de sol a mediodía

La primavera surgió de tu mirada,
crucé todos los campos,
busqué en los rosedales,
planté mi nombre para brotar junto contigo.

Reclino mi silueta sobre pétalos,
es tu espesura mi descanso,
nubes de marzo cobijan nuestros cuerpos.

En ti la lluvia limpió la arena de mis manos…



Marzo de 2011.

DE LODO.


(SESEM ORTAUCYATNIERT)
En el corazón del océano palpitaba tu rostro,
viajé desde áridas regiones para llegar a tu bahía,
fui extranjera adentrándose en tu oleaje,
desembarcando en la arena de tus ojos;
fue tu salada paz mi recompensa.

Tras mis pasos llegó el polvo,
el sol con su látigo de fuego,
mi voz, cactácea, te aprisionó entre sus raíces.

Fuimos de lodo:
el desierto, mi cuerpo,
la humedad, tus manos.




Febrero de 2011.

jueves, 31 de marzo de 2011

TERNURA.

Hace días, después de mucho tiempo de no hacerlo, escuché una canción que me transportó a una de las épocas más extrañas de mi vida. Hace más o menos tres años y medio esa canción se repetía una y otra vez en mi cabeza, me ayudaba a sentir más de lo que en ese momento sentía y era el símbolo  del sentimiento que lo ocupaba todo. Sentí ternura al escuchar esa canción de nuevo; sentí ternura  por quién era yo por aquellos días, no por la persona que antaño me hizo sentir eso. Me dí cuenta que a veces al tratar de recordar a las personas que una vez amamos, o creímos amar, no queda más que una imagen difusa, una fotografía en la que sólo nosotros sonreímos, en la que no está ni la sombra de aquellos que nos acompañaban. 
A veces no lo notamos, pero la nostalgia tiene que ver más con quienes una vez fuimos que con las personas de nuestro pasado, la verdadera ternura está en esa ingenuidad con la que alguna vez creímos en alguien; en esa fe ciega que nos llevó a perder; en aquello que fuimos capaces de hacer y que hoy ya no haríamos. 

La ternura está en ese que vemos a los ojos en el espejo; ese otro yo que no volverá a ser lo que ya fue.

martes, 22 de febrero de 2011

EL Canto del Loco - Volvera con Alejandro Sanz





No sé si les he contado que estoy tomando clases de inglés, bueno el caso es que en mi clase el 90 por ciento de mis compañeros y compañeros son menores de 18 años, bien, pues el caso es que tras la primer semana de repulsión total he empezado a acostumbrarme a ellos, a veces hasta me río un poco de esa necesidad de estar moviéndose continuamente, de esa desesperación por ser vistos y por ser escuchados y de esas ganas de vivir que la mayoría de ellos irradia.
Ayer, por ejemplo, me tocó escuchar como mi compañerito de al lado hablaba de cómo habían terminado con él un día antes, me llamó la atención notar cómo era capaz de hablar así de sus sentimientos, sin la represión ni los bloqueos que como adultos nos autoimponemos para mantener el estatus, para evitar ser dañados y/o para no quedar como tontos si no somos comprendidos.
Yo nunca fui así, empiezo a creer que jamás fui una adolescente, no tuve ese impulso por la vida, y mi necesidad, al contrario que la de ellos, era pasar totalmente desapercibida, cerrar los ojos para ver si así el mundo no me veía.
Todo eso me hace pensar en sí el mundo habrá cambiado, o solo soy yo que siempre he ido o un paso adelante o un paso atrás de mi generación. No lo sé, pero a veces me gustaría que volvieran cosas a mi vida, cosas que desgraciadamente nunca pasaron: desearía recordar a mi amor de juventud, pero no lo tuve, desearía recordar mi primera borrachera adolescente, pero no la tuve; quisiera recordar aquella vez que rompí las reglas, pero no lo hice; quizá me toque algún día modificar un poco mis memorias para que quede constancia que he vivido... Mientras tanto seguiré soñando que las cosas vuelven en sueños que no me pertenecen.

viernes, 11 de febrero de 2011

POEMA EN LA OFICINA.

Cuelga en el monitor el proyecto del día,
la superficial caricia del teclado me recuerda que no estás,
voy por los pasillos memorizando tu nombre,
puliendo las palabras que he de dictarte hoy...

jueves, 10 de febrero de 2011

MÍNIMAS.

"Existen los finales felices", dijo. "No puede existir un final feliz, porque la afirmación lleva implícito un final", repliqué. Me miró por un par de segundos, segura de que bajo esa capa de hielo aún bombeaba un corazón.

martes, 1 de febrero de 2011

SESEM 33 (TACTO)




Bajo mis dedos está la piel que lleva tu nombre.

Se deslizan por la pendiente de tu cuerpo,
y dactilares huellas se forman en tu espalda.

Voz sin nombre,
temperatura de sueño es tu figura.

Pequeños caminantes, transitan por tu cuello,
en descenso libre hasta el corazón hirviente,
en caída eterna hasta el despertar de tu maleza,
flotando en el tiempo que detienes en tus piernas.

Miniaturas, gigantescas terminales,
descubridores del otro mundo que esconde tu mirada,
son ellos los insurgentes de tu cuerpo…

lunes, 31 de enero de 2011

Diario de una buena vecina- Doris Lessing



TITULO: Diario de una buena vecina.

TÍTULO ORIGINAL: The diary of a God Neighbour.

AUTOR: Doris Lessing.


TRADUCTORA: Martha Pessarrodona.

EDITORIAL: Punto de lectura.

GÉNERO: Novela.

ISBN: 978-97-081-2039-5

PÁGINAS: 428

ARGUMENTO:

Janna y Maudie forman parte de los dos polos de un mundo en constante cambio y decadencia. Janna es una mujer madura, fría y exitosa. Dedicada por completo a su trabajo y a su arreglo personal, totalmente ajena a todo lo que ocurre fuera de su perfecto mundo, incluyendo a su familia.

Maudie, una viejecita terca y gruñona, llena de historias y amargura, pero con un tremendo deseo de vivir a pesar de la vida tan difícil que le ha tocado en suerte, orgullosa, pelea contra el mundo, pero es ese orgullo el que le permite sobrevivir a la soledad, al dolor y a la miseria.

Cuando estas dos mujeres se encuentren, cambiarán sus vidas, descubriendo un lazo común entre ellas: una ternura que no puede expresarse, que lucha por encontrar el camino de vuelta a la superficie.

Doris Lessing consigue con esta novela hacernos reflexionar sobre qué hay más allá de los años y de las experiencias vividas, qué hay más allá de los corazones fríos y orgullosos.


OPINIÓN PERSONAL:

‘Diario de una buena vecina’ es una novela, que en lo personal tocó fibras sensibles en mí. Lessing, con un lenguaje cotidiado y despojado de hipocresía nos muestra el mundo de esas personas que una vez tuvieron voz para opinar y que alguna vez contaron con el respeto de la sociedad, pero que tras el paso de los años su presencia se fue diluyendo tras los muebles o tras las paredes, puesto que ya no resultaron útiles sino que empezaron a estorbar.


Janna y Maudie se convierten en personajes entrañables porque tienen la grandiosa cualidad de no fingir, de decir las cosas como son sin que importe ofender a la otra persona; ambas descubren en la otra un significado oculto bajo todo ese orgullo, un sentimiento de fraternidad que las une, puesto que ambas no han intentado usar caretas en ningún momento de su amistad.


Creo que esta novela cargada de una emotividad oculta, y que por lo mismo es brutal, nos deja ver el mundo real que muchas veces nos negamos a reconocer que existe, Doris Lessing, consigue con su prosa clara y directa llevarnos directo al corazón y a las sensaciones de Maudie, una mujer de 92 años totalmente aferrada al hecho de vivir y a la mente de Janna que se permite ser quién es en su diario y que aprende a descubrirse a sí misma a los 50 años.

viernes, 21 de enero de 2011

NO HE PODIDO ESCAPAR.

No, no se puede escapar del mundo real; creer que las cosas son fáciles; usar el 'sinsentido' y la inconsciencia para deshacerse de los problemas.
No, al menos yo no he podido escapar; debería. Tengo dos semanas un poco estresada y sensible; lo segundo producto de lo primero, lo primero producto de lo segundo, y el caso es que pierdo el enfoque de lo que realmente debería de hacer. Entre más me estreso menos hago el intento de acabar con los pendientes, de resolver mis problemas, de trabajar y concentrarme en terminar.
A veces creo que necesito irme por unos días a un lugar en el que pueda estar sola conmigo; sin embargo conozco el poder de mi mente y sé que entre más soledad perciba, mayor es mi capacidad para divagar, para crear mundos que no existen, para vivir en la ficción de las palabras.
Hoy creo que solo necesito encerrarme en mi casa y sacar mi lista de pendientes, para no salir de mi encierro hasta que no hay terminado con ellos uno por uno, uno por uno, uno por uno...

lunes, 3 de enero de 2011

ECOS DEL 2010



Este fin de año estaba muy lejos de la ciudad, de muchas cosas que amo y de mi cómoda vida de adulta independiente e incapaz de mantener sus cuentas en orden; de mis ocupaciones diarias (por ejemplo: la procastinación); sin embargo, también estaba muy cerca de la familia, muy cerca de la paz que se respira en ese lugar y muy cerca de ese otro yo que no se resigna a tener veintiséis años y que le pide a su madre le haga café porque a ella le queda más rico; en fin, tan cerca, tan lejos, el caso es que no tuve oportunidad de hacer un recuento de todo lo que ocurrió en el 2010. Y la verdad ahora, ya en el 2011, son pocas las cosas que recuerdo, entre ellas, las malas:
  1. Fue el peor año en cuestiones económicas que yo haya tenido, comprobé que todo sube menos el salario.
  2. Envié mis cuentos como a cinco concursos. No obtuve ni una halagadora mención.
  3. Volvieron ciertos problemas existenciales que creía superados.
  4. Tú y yo no hicimos ese viaje que tanto habíamos planeado.
  5. Descuide terriblemente mi salud.

Y… eso es todo lo malo que yo recuerdo. Es curioso pero al recordar esas cosas malas, me han venido a la cabeza todos los recuerdos buenos: en el aspecto familiar todo fluyó como siempre, entre peleas y risas todo marchó bien; dos personas a quienes adoro se casaron, y fue esa boda la que permitió que nuestra amistad fuese reanudada (aparte, verte a ti, Bicho , con esa ropa de boda fue… ¡wow!); vi a una de mis mejores amigas sonreír cada vez que nos encontrábamos, la vi en paz, tranquila y llena de fe, recibí cada una de sus bendiciones con alegría y supe que lo que la tiene así debe ser algo Maravilloso; retomé mis sábados en el taller y descubrí que una de mis mayores alegrías está en las palabras, en el acto de escribir y compartir ese acto; gracias a una de las redes sociales me reencontré con una gran amiga, la distancia nos mantenía sin saber una de la otra, es por ello que ver las fotografías de sus dos hermosos hijos llenó un espacio vacío en mi vida; volvieron las reuniones con los amigos, las idas al café, las noches de conversaciones raras, los recuerdos universitarios y las charlas frikis y literarias; aprendí que sigo cometiendo errores y que es necesario pedir ayuda cuando algo no funciona en el proceso de arreglar mi vida; otra red social me permitió conocer a personas increíbles y convivir más con otras que ya conocía de antemano; y contigo… contigo todo fue de otro mundo, sin perfección pero totalmente perfectible…

Pero cuando estoy contigo…otra vez he amanecido…

domingo, 2 de enero de 2011

AÑO NUEVO


Cuando uno piensa que es el final de un ciclo; que la tierra ha cumplido su cometido dando la vuelta correspondiente al sol; que mañana será un día nuevo, un día totalmente igual a otros, pero al fin y al cabo un día perteneciente a otro año, a un nuevo número, a otro espacio interestelar; se da cuenta que en realidad es un inicio, un inicio más…
Hace algunas horas recibí una noticia importante para mi futuro, no una noticia mala, simplemente una noticia que me hace darme cuenta de que en efecto el 2011 será un año lleno de cosas nuevas, cosas difíciles y nuevas, que constituirán un reto más; un año en que mis procesos adaptativos tendrán que trabajar al máximo, un año en que deberé aprender a ser totalmente adulta y tratar de borrar otro porcentaje de ese egoísmo que tanto detesto.
Hoy, estoy tan tranquila como lo estuve en Noche Buena, atrás quedaron los años en los que estas fechas eran deprimentes. No puedo decir aún que soy un ser lleno de paz interna, pero al menos he aprendido a no dar tanta importancia a cosas que no lo merecen, es por eso que hoy trataré de no pensar en lo que me depara el futuro, trataré de no decirme a mi misma que no cumplí gran parte de lo que me propuse para el 2010; no sé cuánto tiempo me quede para cumplir con mis metas, mis sueños y mis deseos, solo sé que es el momento de enfocarme en la tranquilidad y la felicidad que hay dentro de mí. Es el momento de disfrutar siendo quién soy…

¡Bienvenido seas, 2011!