sábado, 30 de junio de 2012

Llovizna.





La tarde se deshace en tristes lluvias gotas, la respiración se acorta, el cuerpo se prepara para el sueño y yo, imaginariamente en tus brazos habito.

El trabajo diario, la precisión marcada en el reloj, el ocaso del día viven en mis manos; solo sobre tu piel pierdo el hastío, acomodada en tu sexo se diluye la cortina del miedo; solo durmiendo en tu mirada el corazón descansa, se orquesta el gravitar del tiempo; en tu noche amanezco; duermo en el oscilar de tu canto, soy la respiración que se adhiere a tus caderas.

Solo en tu voz respiro, solo en tu voz me recupero.


ATARDECER EN TI.




Ésta tarde canta en los rincones de mi piel,
a la distancia tu mirada enciende sin tocarme,
y en la espalda una estrofa me habla de tu cuerpo.

Hay silencios oyameles sauces,
gritos lluvia nieve,
hay frases no dichas
océanos y ríos.

Un ave está contándome que vives en mi sombra,
la tarde transita por tus venas
la tibieza de los árboles se vuelve nuestro arrullo,
cantas, cantas y ríes mientras la noche avanza,
cantas y ríes con mi corazón a cuestas.


lunes, 18 de junio de 2012

A veces uno se cansa de decir y termina vaciándose. Así estoy, tan lejos de cualquier párrafo, tan distante de cualquier verso. Alguna vez leí que alguien decía: si dejo de escribir no pasaría nada. Y en efecto, no ha pasado nada, sólo que este vacío de letras se ésta llenando de un manantial nuevo. Cuando esté rebosante he de volver.