lunes, 17 de agosto de 2015

Bucles




Caer
un viaje interminable
profundo
[más y más profundo]

Rodar
camino a la nada
un bucle
y otro 
y otro
y otro

Es esto:
no el horizonte
no el espacio
no el error
es esto:
el derrumbe
el comienzo de otro ciclo
donde las cosas
al otro lado del muro
se escuchan siempre caer.

domingo, 16 de agosto de 2015

Cuando todo parece una amenaza.



Es difícil para cualquier persona aceptar que se tiene ansiedad; que se vive con una sensación de alarma constante; que algo dentro de uno se ha averiado y hace que todo parezca peligroso y amenazante. Sí, para cualquier persona es difícil aceptarlo; pero, pienso, lo es aún más para alguien que ha concluido con éxito un proceso terapéutico en el que se resolvieron temas que nada tenían que ver con ansiedad y que, además, se dedica a la psicología.
Y en efecto, me ha costado mucho trabajo darme cuenta primero y después aceptarlo, creo que una parte de mí aún no lo acepta; que una parte de mí aún me dice que éstos no son síntomas de ansiedad; que este terror ante lo desconocido, ante los cambios, son normales en mí. Pero el caso es que no, lo que me viene ocurriendo hace más de año y medio no es normal. No es normal paralizarse ante la idea de un mínimo cambio en mi vida; asustarme y llorar porque no quiero moverme ni un milímetro del lugar seguro en el que estoy; perder la capacidad para disfrutar cosas nuevas; ver una serie tras otra para no tener tiempo de pensar; el dolor en la boca del estómago cuando hay un mínimo cambio en mis planes. No, no es normal.
Siempre he sido una persona con rasgos más bien depresivos; con etapas de apatía y aislamiento; los síntomas ansiosos habían sido pocos y siempre había conseguido mantenerlos a raya, hacer que aminoraran; pero el caso es que en los últimos años pasaron tantas cosas; se activaron tantas alarmas reales; la frustración vino una y otra vez; perdí sueños y personas, que ahora no consigo apagar esas alarmas, ni creer en un futuro halagüeño.
He sabido muy bien cómo ocultarme a mí misma lo que estaba pasando; ir sorteando los pequeños obstáculos y minimizando mis sentimientos; pero estas últimas semanas esa parte de mí bajó la guardia y me hizo darme cuenta de lo que estaba pasando. Aún no entiendo mucho de esto; todos esos libros que he leído, los pacientes con ansiedad que he tratado; mis conclusiones lógicas, nada de eso sirve en este momento. Por ahora trato de convencerme de que el inicio de toda solución es el conocimiento de que algo pasa; de que algo falta; de que algo está fallando. Por ahora al menos me tranquiliza la certidumbre de saber qué es lo que ocurre. Por ahora sólo puedo pensar en esta "ahora".