lunes, 3 de enero de 2011

ECOS DEL 2010



Este fin de año estaba muy lejos de la ciudad, de muchas cosas que amo y de mi cómoda vida de adulta independiente e incapaz de mantener sus cuentas en orden; de mis ocupaciones diarias (por ejemplo: la procastinación); sin embargo, también estaba muy cerca de la familia, muy cerca de la paz que se respira en ese lugar y muy cerca de ese otro yo que no se resigna a tener veintiséis años y que le pide a su madre le haga café porque a ella le queda más rico; en fin, tan cerca, tan lejos, el caso es que no tuve oportunidad de hacer un recuento de todo lo que ocurrió en el 2010. Y la verdad ahora, ya en el 2011, son pocas las cosas que recuerdo, entre ellas, las malas:
  1. Fue el peor año en cuestiones económicas que yo haya tenido, comprobé que todo sube menos el salario.
  2. Envié mis cuentos como a cinco concursos. No obtuve ni una halagadora mención.
  3. Volvieron ciertos problemas existenciales que creía superados.
  4. Tú y yo no hicimos ese viaje que tanto habíamos planeado.
  5. Descuide terriblemente mi salud.

Y… eso es todo lo malo que yo recuerdo. Es curioso pero al recordar esas cosas malas, me han venido a la cabeza todos los recuerdos buenos: en el aspecto familiar todo fluyó como siempre, entre peleas y risas todo marchó bien; dos personas a quienes adoro se casaron, y fue esa boda la que permitió que nuestra amistad fuese reanudada (aparte, verte a ti, Bicho , con esa ropa de boda fue… ¡wow!); vi a una de mis mejores amigas sonreír cada vez que nos encontrábamos, la vi en paz, tranquila y llena de fe, recibí cada una de sus bendiciones con alegría y supe que lo que la tiene así debe ser algo Maravilloso; retomé mis sábados en el taller y descubrí que una de mis mayores alegrías está en las palabras, en el acto de escribir y compartir ese acto; gracias a una de las redes sociales me reencontré con una gran amiga, la distancia nos mantenía sin saber una de la otra, es por ello que ver las fotografías de sus dos hermosos hijos llenó un espacio vacío en mi vida; volvieron las reuniones con los amigos, las idas al café, las noches de conversaciones raras, los recuerdos universitarios y las charlas frikis y literarias; aprendí que sigo cometiendo errores y que es necesario pedir ayuda cuando algo no funciona en el proceso de arreglar mi vida; otra red social me permitió conocer a personas increíbles y convivir más con otras que ya conocía de antemano; y contigo… contigo todo fue de otro mundo, sin perfección pero totalmente perfectible…

Pero cuando estoy contigo…otra vez he amanecido…

1 comentario:

  1. Me da gusto que estás en paz, que te has reencontrado con lo que querías y que has mantenido una relación hermosa. Te quiero mucho clon, fue un buen año en algunos aspectos y tenerte de nuevo cerca me hace feliz. Beso.

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