sábado, 31 de agosto de 2013

Declaración breve de amistad en una noche de agosto marcada por el Insomnio.

Las palabras.
Principalmente las palabras.

Y todo lo demás.
Todo eso otro que compartes.
Todo eso otro que comparto.

Recuento.

La fecha para mudarme está cada vez más cerca y, contrario a lo que pasaba hace siete meses, estoy muy tranquila; ya no temo dejar nada en esta ciudad, no temo olvidar, ni ser olvidada. Me he dado cuenta de que me llevaré justo las cosas que necesito para sonreír y para seguir buscando esa estado del ánimo tan raro que es la felicidad. Entre las cosas que me llevo están todas esas etapas que he vivido con mis amigos; las palabras; los abrazos y esas largas largas conversaciones con ellos; las risas y todo el apoyo que me han dado cuando lo he necesitado.
Es cierto que hace tiempo dejé de creer en los "para siempre", no sé cuál de todos mis afectos tendrá esa medida, quiero pensar que todos, voy a esperar que todos, y si pasa, será genial, y si no pasa, me quedo con todo lo bueno que hemos vivido, con el crecimiento que he tenido junto a ellos, con los buenos y malos momentos que compartimos.
He sido afortunada, he tenido a las personas indicadas en los momentos indicados; he aprendido de lo bueno y de lo malo; tengo aún los ojos y el corazón bien dispuestos para no dejar escapar nada; para almacenar lo ocurrido en esta memoria a la que le gusta coleccionar  recortes de  vida.
Creo que solo vine a decir esto porque me siento contenta, realmente contenta y afortunada. Por primera vez estoy completa, nada me falta, tengo lo que siempre quise: paz en todas las áreas de mi vida. Creo que solo por eso vine a decir esto. Creo.

viernes, 23 de agosto de 2013

Excavaciones.


De súbito la nieve derretida de tu cuerpo: excavaciones.
 [Cómo decir deshielo]
Hurgo en aquello que me otorgas.
[Cómo decir]
Extravío el camino hacia el encuentro.
Cóncavo, tu silencio se aparta.
 [Al fondo. Adentro. Más adentro].
Cómo decir el salobre el desgarre el deshielo la avalancha.
El escenario en la nieve.
Las manos ateridas.
Lo profundo y el eco.
Gutural espasmo/ curva que desciende.

Cómo decir la calma.

ESTERTOR.


Sobre los párpados la ausencia que no se nombra.
El infinito reducido a polvo.
El polvo a polvo.
La rasgadura.
El miedo.
Sobre los hombros cada día que ha pasado.
Las presencias que son humo.
La reiteración de los silencios.
La cicatriz.
La duda.
Conocí la luz de las ciudades.
Su periferia.
El rostro alicaído de su historia.
Conocí su manto oscuro.
Lo que no dice.
Los letreros que no pude distinguir.
Bajo los pies el cúmulo de nada.
Lo que otros han dejado.
El desecho.
La escoria.
Recomenzar desde otro tiempo.
Digo todo esto para no decir del frío.
Para no ser el temblor.
Para no pedir que vengas.
Digo todo esto para no.

El estertor no.

Baldosas



La cicatriz.
Solo se trata de sostener los puntos en el aire.
Solo se trata de no sangrar.
De esconder la marca.
De borrarla.

Jamás hablé de trofeos.
Jamás la sal fue mi alimento.
No quise manchar las piezas de este juego.
No quise.
La torpeza.

Solo se trata de permanecer callado mientras el atardecer sucumbe.
Solo se trata de.
Yo no quise jamás la cicatriz/ la sangre.
Yo no quise la sal/ el miedo.
Habrá que hacer que el canto explote.
Habrá que limpiar las baldosas y tu sangre.


Yo no quise.

viernes, 16 de agosto de 2013

DESEANTE.


He pensado en tu piel [Tu piel contra mi piel], en la incandescencia de tus párpados [Tu piel sobre mi piel] y la voracidad de la distancia [Tu piel entre mi piel]. He pensado en tu vientre,[Tu piel bajo mi piel] helado receptor de mi tristeza [Tu piel a un lado de mi piel], en tus manos aferrándose en. [Una sola piel].

RECICLAJE.

El esqueleto de algo.
Hacer un listado de las cosas que me asustan. [Huir, por ejemplo].
Tomar nota del sitio y de la hora.
No dejar el cuerpo olvidado en las cafeterías.
El esqueleto de algo.
[Huir, por ejemplo]
La piel oscura/la piel que roza el sueño.
Cosas que me asustan. [Como ejemplo, la locura].
El esqueleto de mi sombra/de algo.

jueves, 1 de agosto de 2013

Los días negros.


Una de las cosas que he tenido que aprender en terapia es a aceptar que habrá días negros, de nuevo. Es difícil aceptar esta perspectiva tras varias sesiones en las que todo marcha bien, en las que el malhumor y la tristeza no han estado presentes y en las que el control de emociones ha ido en aumento. Pero es verdad, por más que aprenda a identificar mis distorsiones y a convertirlas en pensamientos funcionales basados en la evidencia, tarde o temprano llegará algún día negro a perturbarme. Es entonces cuando empieza la verdadera batalla, es entonces cuando toca elegir: pelear contra esa oscuridad o dejar que me cubra por completo.



Ha ocurrido. Ese manto oscuro lleva varios días cubriéndome, hasta ahora me he dedicado a mantenerlo a raya, procurando que no me toque demasiado, buscando zonas que aún están un poco iluminadas; corro el riesgo, lo sé, de que por aplazar la lucha, la oscuridad se adhiera a zonas de mi vida que empezaban a brillar. Quizá escribirlo sea el inicio de esta guerra. Quizá sea el momento de buscar las ideas que mantienen estos días negros y modificarlas. Quizá aceptar que los días negros han vuelto sea el comienzo una pelea que esta vez pienso ganar.