Tal vez el destino es esto otro: andar como perdido en los recuerdos; ser prófugo de todas las historias; dejar la pertenencia para los histéricos.
Tal vez el destino era es otro: llorar donde nadie escuche nuestro absurdo; quemar nuestro nombre escrito en un papel; correr, correr, correr la maratónica desdicha de la vida; correr, correr, correr y no llegar a ningún sitio; ser un desarrapado, cubrir la desnudez con nuestros ojos; ser, no ser, ser lo que no se es y dejar de ser no siendo
Quizá el destino solo era esto: labrar la propia muerte comiéndonos la vida.
O tal vez el destino solo es esto: quedarte siempre, que siempre estés...
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