No puedo negar que la vida también está llena de dolor, violencia e injusticias, de personas malas y de tristeza; sin embargo, he tenido la oportunidad de conocer gente que me ha hecho pensar que todo lo malo en realidad es remediable; que cada acto negativo tiene su contraparte llena de bondad y que un día conseguiremos romper ese equilibrio y hacer que la balanza se inclina hacia los actos positivos.
Existe el amor, la amistad, la lealtad, la sinceridad, la belleza, la honestidad, los abrazos, la piel, la familia, las sonrisas y yo sólo digo: la vida, en definitiva, es buena.