viernes, 6 de agosto de 2010

EL SÍNDROME DE LA HOJA EN BLANCO


Supongo que todos los que tratamos de escribir nos hemos topado con lo que yo llamo: “El síndrome de la hoja en blanco”; en lo personal, ese es uno de mis más grandes problemas, no hablemos ni de la puntuación, ni de las frases repetitivas, ni de la incoherencia en la estructura de mis textos; pues al fin y al cabo, eso se corrige porque se corrige, pero: ¿Y si no hay nada qué corregir? Me he topado con gente que es capaz de escribir a diario, ¿cómo?, no lo sé, pero de verdad me encantaría conocer su secreto, porque yo soy incapaz de escribir siquiera una vez a la semana y tengo la tendencia de borrar o eliminar todo aquello que escribo y no me satisface; siempre olvido que dos de mis relatos surgieron de un par de párrafos que estuvieron guardados durante mucho tiempo, ‘empolvándose’, hasta que un buen día los leí y surgieron nuevas ideas y nuevas historias a las que por fin les encontré un final.
Hubo una época en la que escribía casi a diario en mi antiguo blog, la mayoría de esos textos eran simples divagaciones, sin embargo, cómo quisiera estos días escribir aunque fuera un poco de esas divagaciones para no perder la práctica; en cuanto a escribir empiezo a sentir el mismo temor que siento con mi carrera: ¿estaré olvidando en este trabajo lo que es ser psicóloga?
¿Estaré olvidando lo que es, lo que significa escribir?

©Perla Guijarro

06 de agosto de 2010

2 comentarios:

  1. Escribir es una necesidad, no una obligación. Ahora bien, escribir diario, aunque sean divagaciones sirve para conocerte, para aprender más de ti. Eso a fin de cuentas es la creación: un fragmento de nosotros expresado con técnica (cuento, poema etc.) ¿Qué quieres decir de ti? Hazte esta pregunta frente a la página en blanco y verás que es más sencillo soltar la primera, la segunda, la tercera línea. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, txt:::nauta, he analizado lo que dices y tienes mucha razón, supongo que lo que en ocasiones ocurre es que queremos que todo aquello que ronda en nuestra imaginación salga de golpe y llene páginas y páginas, sin embargo como alguna vez leí, hay que dejar que las historias fermenten hasta que esten listas para brotar...
    Saludos.

    ResponderEliminar