Pues sucede que en lugar de ir a dormir, o en lugar de ponerme a trabajar en el protocolo de la tesis, he decidido tomar una taza de café y escribir un poco en el blog. Ayer fue un día bueno, es increíble que ya hayan pasado 45 meses desde aquel diez de abril; el tiempo vuela y a veces no me deja recordar con claridad todo lo que hemos vivido en estos años; creo que lo único que puedo distinguir con claridad es que en definitiva, como decía Fromm, el amor es una actividad, una actividad en la que uno debe estar dispuesto a colaborar, aprender y trabajar. No es algo fácil amar de verdad, no es nada fácil dejar de lado el narcisismo para concentrarse en crear algo con otro ser humano; amar es establecer un compromiso que adquirimos cada día al despertar, porque un pequeño tropiezo podría arruinar el equilibrio, pero, todo equilibrio puede ser recuperado.
No me extenderé en disertaciones sobre lo que es el 'verdadero amor' porque sin duda, al ser algo tan subjetivo, es visto por cada persona de diferente manera; en realidad yo sólo venía a contarles que a 45 meses podemos durar horas hablando de los riesgos que debemos de correr; de política exterior; de la religión de la que hemos desertado; del futuro; de la amistad; de lo triste que es que los otros no se atrevan a darle nombre al amor; del miedo y de la soledad, y que esto, nadie podrá negarlo, podría ser la perfecta definición de amor...